Titulitis, el ciclismo y el ensayo-error


Si no te avergüenza la primera versión de tu producto, lo lanzaste muy tarde.

― Reid Hoffman, confundador de Linkedin

Esta vez no he querido esperar a que fuera perfecto, a tener el mejor diseño y a ser el mejor profesional, he tenido que empezar hoy. Porque ya me he dado cuenta de que eso que está en mi cabeza y que siempre sale tan bien, en realidad no existe, al menos, si no empiezo haciéndolo mal. Aun sigue costándome reconocer ésto que parece tan obvio.

Redactar la primera entrada de mi página personal/profesional, me ha obligado a mirar atrás, preguntarme como he llegado hasta este instante de mi vida.

Si alguien me pregunta qué me gusta, después de muchos años preguntándomelo a mí mismo, lo más acertado puede ser decir que me gustan las historias bien contadas, inventar productos, comunicar mediante imágenes y emociones, muy resumidamente transmitir o intentar representar lo que veo en mi cabeza y trasladarlo a los demás de la forma más bonita y emocionante posible.

El Ciclismo

Ser ciclista ha entrado en conjugación con todas estas ideas, siempre ayudándome a ordenarlas y a ver la vida desde lejos y desde arriba, montañas

Nuestro cerebro tiende a la comodidad, sin un entrenamiento previo, no es capaz de saborear el gusto amargo de un café si lo disfrazas con tu terrón de azúcar. Lo mismo me pasa con el ciclismo. Desde pequeño he disfrutado de la naturaleza y de experimentar sensaciones reales no edulcoradas, de aprender superándome, estándo incómodo, mediante el dolor placentero en sus pequeñas dosis, el gusto amargo (gracias papá).

Creo profundamente en el binomio mente-cuerpo, al final, la una está dentro del otro.

Ya nunca podré dejar nunca de ser ciclista o diseñador, o diseñador y ciclista, está arraigado dentro de mí. La traducción de Yin-Yang esculpido en mi ADN.

Titulitis

La forma de canalizar mi vocación pseudoartística y humanista, fue culminar mi formación estándarizada y socialmente aceptada de la España de los últimos 50 años, como Ingeniero Técnico en Informática de Gestión, curioso choque. Por diversos motivos, deficiencias en el malísimo sistema educativo que impera en nuestra sociedad y también por mi culpa, por qué no decirlo, siempre he evitado mi real vocación.

La cuestión es que ha habido tiempo en el que pensaba que me había equivocado de profesión, pero me doy cuenta de que ni mucho menos es así.

Mi experiencia técnica durante más de 10 años programando, me ha servido las herramientas adecuadas para dedicarme a lo que me gusta en el contexto espacio-temporal adecuado, la era de la tecnología e internet.

Formación continua

Lo que más difícil me sigue resultando es etiquetarme, pero supongo que la gente necesita que des una imagen de cierta seguridad. Motivado por mi trayectoria, muy autodidacta, aunque siempre hay alguien que enseña al otro lado, admiro profundamente a la gente con afán de enseñar lo que sabe. Lo que es distinto a qué sienta simpatía por los gurús, nadie es tan perfecto, más amigo de la humildad y del estado de formación-aprendizaje continuo.

Siempre que ha resultado posible, trabajado como desarrollador web con WordPress + Front-End, principalmente en SI2 Soluciones, he intentado otorgar a mis proyectos de algo más, de experiencia y diseño. Nunca el back-end fue mi pasión, ni mi fuerte y algunos me han sufrido.  😉

Trabajar como programador me permite saber como se piensa, las necesidades que surgen y cómo diseñar para ello.

La cabra tira al monte.

Al final en mi profesión he acabado siendo aprendiz de diseñador, uno lo es para siempre (o debe), centrado en la interfaz y experiencia de usuario, entre otras cualidades y defectos. Aunque he llegado a trabajar de todo, ¡hasta de contable! (gracias mamá).

¡Joder y hay más como yo! Y además muy buenos, hay que ver como necesita del consuelo de la manada un homínido. Llamémoslo descubrir tu propósito de la única manera posible, ensayo-error.

De mi trabajo, como en estas primeras líneas de texto de un blog, o en mi vida, no todo sale perfecto, hay mucho que aprender de los que saben más, estar formándote constantemente o morir. Hay mucho que escribir para poder parecerse a esos que si no cuentan la historia perfecta, al menos lo parece.

Y ahora recuerdo que un día hace unos años escribí, que el movimiento se demuestra rodando, en aquellos primeros WordPress que me montaba hace 6 años.

De aquellos polvos vienen estos lodos.

 

Daniel Jiménez.

 

PD: A día de hoy 25 de Enero de 2017, he editado esta entrada, porque merecía ser reescrita. Off the record quedan los cambios, vosotros solamente podréis ir leyendo el resultado. Como dije desde el primer día, ésta nunca será la entrada perfecta, espero que al menos, sea la entrada que está siempre en edición…


One response to “Titulitis, el ciclismo y el ensayo-error”

  1. Hola Daniel: Me ha gustado mucho lo que escribes y como lo escribes…Ánimo y sigue escribiendo, lo espero!!!. Un abrazo.

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