Un diseño no está terminado hasta que alguien lo está utilizando
Brenda Laurel
Me las voy a dar de leído empezando con una frase, creo que bastante conocida en el mundillo del diseño interactivo, que parece ser de una tal Brenda Laurel [Wikipedia]; diseñadora de videojuegos en Atari, Activision, Lucas Arts y una de las pioneras en realidad virtual.
Yo es que me acuerdo muchísimo de ella —me refiero a la frase— cuando estamos en mitad del desarrollo, sobre todo cuando se trata de una app, un poco menos en web. No sé exactamente el motivo, quizás por la complejidad que conlleva desarrollar para un dispositivo móvil.
Estoy muy lejos de hacer diseños perfectos, suponiendo que eso sea algo factible, y más partiendo la mayoría de las veces de una hoja de requisitos bastante difusa. Ya tú sabes, el cliente cree que sabe lo que quiere, pero no es así —precisamente ese es parte de nuestro trabajo—, tenemos que construir y presentarle junto al diseñador y otros perfiles relacionados, lo que realmente necesita.
Por eso motivo me resulta un poco paradójico que en la jerga de la industria y de las ofertas de trabajo en concreto, en las que se piden o se habla de diseñadores capaces de hacer diseños pixel perfect.
Aunque entiendo el porqué se pide y a qué se refiere ese tipo de requerimientos del rol. La palabra perfect es sumamente peligrosa mal utilizada y yo mismo he caído en su trampa en muchísimas ocasiones.
Maduración con comunicación
No existe el diseño perfecto porque muy rara vez está terminado, y mucho menos cuando lo entregas para su validación inicial. Es nuestra responsabilidad como diseñadores acompañarlo desde sus más prematuros pasos hasta cuando se va de casa en su madurez, con sus idas y venidas, borracheras y males de amores intermedias.
Con el tiempo, sacando adelante ya una larga serie de productos y servicios, te das cuenta de las horas que hay que dedicar a hablar y negociar con desarrolladores, a entender los problemas a los que se enfrentan, las muchas limitaciones que se presentan, la lucha constante tiempos de desarrollo versus presupuesto, e infinidad de historias más que rodean el diseño y desarrollo ágil.
Con el tiempo aprendes que valen mucho más las habilidades en comunicación y la capacidad de decisión para mejorar prototipados iterativos, que hacer un diseño pixel perfect del tirón, que además la mayoría de desarrolladores se van a saltar a la primera cuando estén con el agua al cuello.
Sería genial que todos los roles se formaran para complementar su perfil profesional y fuéramos más empáticos con nuestro equipo. Sería como poner «3 en 1» en el engranaje de producción de un equipo multidisciplinar. Afortunadamente no siempre podemos, ni debemos, responder por las deficiencias o actos de los demás, claro que sí somos responsables de nuestras propias acciones y nuestra actitud ante la resolución de un problema, ya sea de diseño o de cualquier ámbito laboral o vital.
Joder que estoico [hilo de twitter] me ha quedado esto. Si es que no puedo evitarlo.
Todo esto lo he escrito para mí: más —y mejor— comunicación y menos pixel perfect.